El análisis reciente del Centro de Políticas Públicas de la Universidad San Sebastián revela un panorama inquietante en cuanto a la variación de precios de la emblemática empanada de pino en Chile. Valparaíso, que se destaca por el costo más elevado del país, ha registrado un notable incremento del 10,8% en el precio de este popular platillo, pasando de $919 en 2024 a $1.019 en 2025. Este aumento contrastante pone de manifiesto no solo la presión inflacionaria de la región, sino también la disparidad en el poder adquisitivo de las familias chilenas según su ubicación geográfica. En la otra cara de la moneda, la región de Arica y Parinacota experimentó el menor aumento, con un modesto 2,8% en el mismo período, manteniéndose como la región con el costo más bajo para la preparación de la empanada.
La carnes y el huevo se han posicionado como los principales responsables del encarecimiento de la empanada. Con un alza del 13,7% en el precio de la carne y un notable 11,4% en el precio del huevo, estos ingredientes han impactado significativamente el costo final del plato. A pesar de estos incrementos, algunos vegetales como la cebolla y el ajo, que vieron una caída de precios del 15,1% y 10,5% respectivamente, han ayudado a amortiguar el impacto de la inflación en el consumo de este alimento tan querido por los chilenos. Este fenómeno subraya la complejidad de la inflación y cómo afecta de manera desproporcionada a distintos grupos según la composición de su dieta.
Los datos, obtenidos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), muestran que las fluctuaciones no solo afectan los productos individuales, sino que también reflejan tendencias más amplias en la economía chilena. Mauricio Carrasco, investigador del Centro, enfatiza que, aunque la inflación se ha moderado y se posiciona alrededor del 4% anual, sigue superando la meta del 3% establecida por el Banco Central. Esto sugiere que si bien algunos busquen signos de alivio, muchas familias enfrentan desafíos continuos en su presupuesto diario, especialmente en momentos de alta demanda como las festividades.
En términos regionales, además de Valparaíso y Arica y Parinacota, otras áreas han mostrado incrementos notables en el precio de las empanadas. La Región del Maule, por ejemplo, presentó un aumento del 8,1%, seguida por la Región Metropolitana con un 7,5%. Sin embargo, regiones como Biobío y Ñuble también permanecieron en el margen inferior de los aumentos, lo que puede reflejar variaciones en la oferta y demanda, o quizás diferencias en los costos de producción y distribución en estas localidades. Esta variación en precios afecta no solo las decisiones de compra de los consumidores, sino que también puede influir en la forma en que las familias chilenas planifican sus gastos.
Finalmente, la empanada de pino, más que un simple alimento, se ha convertido en un indicador tangible de las condiciones económicas en Chile. Carrasco comenta que al observar cómo estos cambios en el precio afectan a un producto de consumo masivo como la empanada, se puede entender mejor el contexto de la inflación en el día a día de los hogares. Salvo diferencias regionales y la variabilidad en costos de insumos, la emblemática empanada continúa siendo un símbolo de la cultura chilena, que enfrenta retos en su accesibilidad y sostenibilidad en medio de los cambios económicos actuales.