Yulia Naválnaya, la viuda del opositor ruso Alexéi Navalni, ha denunciado que análisis clínicos realizados por varios laboratorios extranjeros corroboran que su esposo fue envenenado durante su tiempo en una prisión rusa. En un comunicado publicado en la plataforma X, Naválnaya aseguró que se logró trasladar material biológico de Navalni al extranjero, donde laboratorios en dos países independientes concluyeron que había sido víctima de envenenamiento. Estas afirmaciones vienen en un contexto de creciente desconfianza hacia el régimen de Vladimir Putin, quien ha sido acusado repetidamente de silenciar a sus opositores por medios letales. Naválnaya enfatizó que estos resultados deben hacerse públicos, dado su impacto en la salud democrática y los derechos humanos en Rusia.
En un emotivo video de casi cinco minutos, Naválnaya detalló las circunstancias de la muerte de su marido, quien falleció en una colonia penal cerca del Círculo Polar Ártico en febrero de 2024. Describe cómo Alexéi fue trasladado allí justo dos meses antes de su muerte, insinuando que esto fue parte de un plan deliberado para despojarlo de su vida. Durante su reclusión, Navalni experimentó un deterioro agravado de su salud, lo que Naválnaya atribuye a condiciones inhumanas como el hambre y el aislamiento. Estos testimonios revelan el sufrimiento extremo que enfrentó su esposo y subrayan las condiciones a las que están sometidos los prisioneros políticos en Rusia.
La noche del suceso, Navalni se encontraba realizando uno de sus paseos programados en la prisión cuando comenzó a sentirse mal. Según las declaraciones de su viuda, tras expresar su malestar, fue devuelto a su celda en lugar de ser atendido por el personal médico. “La ambulancia tardó más de 40 minutos en llegar”, afirmó Naválnaya, quien relató que cuando finalmente llegó, su marido ya estaba inconsciente. Estos momentos críticos enfatizan la aparente falta de atención médica adecuada y la negligencia por parte de las autoridades penitenciarias, lo que sugiere descuidos que resultaron fatales.
Pese a las acusaciones de envenenamiento y el clamor por justicia por parte de la familia Navalni, el Kremlin ha optado por el silencio. Durante una rueda de prensa, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se negó a comentar sobre las acusaciones. Este silencio oficial sigue la línea de las autoridades que desestiman las demandas de la familia Navalni, incluyendo la reciente decisión de un tribunal que rechazó la solicitud de incoar un proceso penal por el asesinato de Alexéi en prisión. La familia y los aliados siguen presionando para que se lleve a cabo una investigación adecuada, pero las negativas constantes de las autoridades han dejado a muchos en la comunidad internacional desconcertados.
La muerte de Navalni ha desatado una ola de indignación entre activistas y gobiernos occidentales, quienes han calificado el incidente como un asesinato. Mientras tanto, las autoridades rusas insisten en que la causa del fallecimiento fue una arritmia, una explicación que la familia y sus seguidores rechazan categóricamente. Asimismo, Putin ha afirmado que dio el visto bueno al canje de Navalni, pero muchos sostienen que esto es parte de un intento de minimizar la responsabilidad del Kremlin. La situación genera un clima de incertidumbre y miedo entre los opositores al régimen, que siguen siendo objeto de represión sistemática bajo el gobierno de Putin.