Crédito Bancario: Análisis de la Caída y Recuperación

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El último informe mensual de la Asociación de Bancos destaca la continuidad del ciclo contractivo en el sector crediticio, revelando una notable caída del 1,0% en las colocaciones totales durante los últimos 12 meses. Este comportamiento se traduce en 15 meses consecutivos de retrocesos en el crédito bancario, lo que subraya la falta de recuperación en un entorno económico que aún enfrenta desafíos significativos. El segmento más afectado ha sido la cartera comercial, que ha visto una disminución acumulada del 2,9% en el último mes, marcando 35 meses de caídas anuales, con una pérdida de alrededor de $28 mil millones desde mediados de 2020.

A pesar de estas cifras negativas, no todo el panorama es desalentador. Las colocaciones a personas parecen mostrar un crecimiento modesto, con un aumento del 0,7% en el crédito de consumo, favorecido por un mayor uso de tarjetas y líneas de crédito. Por otro lado, el crédito hipotecario también registró un leve incremento de 1,2%, alineándose con las tendencias de meses anteriores. Sin embargo, estos aumentos son aún limitados si se comparan con promedios históricos, lo que indica que la recuperación del consumo y la inversión sigue siendo frágil.

Un aspecto clave que ha llamado la atención en la reciente evaluación de la Asociación de Bancos es el aumento de la morosidad, que ha llegado a un 2,32% del total de colocaciones, con un incremento notable en los créditos hipotecarios. Este comportamiento sugiere un ajuste hacia niveles históricos, lo que podría indicar una estabilización en el mercado de créditos a pesar de las dificultades a las que se enfrenta. La banca deberá gestionar cuidadosamente este aumento en la morosidad, ya que puede afectar la confianza y el acceso al crédito.

Por otro lado, el sistema bancario en su conjunto muestra una posición financiera sólida, con niveles de provisiones que cubren 1,5 veces la cartera en mora, lo que se alinea con los promedios históricos. El Índice de Adecuación de Capital se situó en un robusto 16,85%, muy por arriba del requerimiento regulatorio del 11,99%. Estos indicadores de salud financiera son fundamentales, ya que proporcionan un colchón que podría facilitar la capacidad de los bancos para afrontar futuras adversidades económicas y seguir apoyando a sus clientes.

Finalmente, la Asociación de Bancos sigue comprometida con el monitoreo de estos indicadores en un contexto donde la recuperación del crédito aún representa un reto importante. Con una rentabilidad sobre activos promedio (ROAA) estancada en 1,35% y una rentabilidad ajustada por inflación de 0,97%, es claro que el entorno económico necesita mejorar para que el aparente crecimiento en ciertos sectores se traduzca en una recuperación más amplia y sostenida del crédito en el país. La situación actual enfatiza la necesidad de políticas que estimulen la confianza en el sistema financiero.

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