En un contexto de transformación significativa, la minería chilena destaca cómo la cultura organizacional se ha vuelto un pilar estratégico para el éxito sostenible del sector. Según Cristian Molina, Gerente de Operaciones de Tres60, el compromiso, la adaptabilidad y el bienestar son fundamentales para avanzar hacia operaciones más eficientes y seguras. Esta evolución surge en respuesta a las exigencias del entorno actual, donde los altos estándares operativos y la presión por ser sostenibles se vuelven cada vez más intensos. La cultura organizacional, que anteriormente podía considerarse un factor secundario, ahora se reconoce como una herramienta concreta que impacta directamente los resultados del negocio.
Las cifras respaldan esta transformación; estudios de Gallup indican que las organizaciones con altos niveles de compromiso laboral reportan un 23% más de rentabilidad y un 18% más de productividad en comparación con aquellas donde el compromiso es bajo. Este dato subraya la idea de que en entornos laborables tan demandantes como la minería, contar con trabajadores comprometidos no solo es un beneficio del clima organizacional, sino una necesidad crítica para lograr una eficiencia operativa sostenida. Según Marcelo Santander, Gerente de Tecnología de Tres60, involucrar a los trabajadores en un propósito claro es clave para generar un impacto real en la producción.
Otro reto que enfrenta la industria es la retención del talento, un factor crucial en un sector marcado por la alta demanda de profesionales especializados. De acuerdo con la Society for Human Resource Management (SHRM), la rotación laboral puede costar entre el 50% y el 60% del salario anual de un empleado. Sin embargo, varias compañías mineras han logrado reducir su rotación en más de un 30% mediante la implementación de programas de desarrollo y bienestar que están alineados con su cultura interna. Cristian Molina destacó que esta inversión no solo beneficia la moral del equipo, sino que también se traduce en estabilidad y en una sólida base de talento.
La adaptabilidad en las organizaciones es otro componente esencial para la competitividad en la minería. Las empresas que fomentan una cultura abierta al cambio e innovadora presentan mayores oportunidades de crecimiento. Un estudio de Harvard Business Review señala que las compañías con culturas organizacionales fuertes crecen cuatro veces más en ingresos que aquellas con culturas débiles. En el ámbito minero, esta capacidad de adaptación se traduce en la habilidad para integrar nuevas tecnologías, optimizar procesos y responder a las fluctuaciones del mercado global con agilidad.
Finalmente, el bienestar integral de los trabajadores, incluyendo aspectos como el sueño y la salud mental, se ha convertido en un elemento central para una cultura laboral saludable. En la minería, donde las jornadas incluyen turnos rotativos y trabajo físico intensivo, los líderes que fomentan un entorno de descanso, equilibrio entre la vida personal y laboral, así como la desconexión digital, contribuyen a un espacio laboral más sostenible y humano. Molina concluyó diciendo que priorizar el descanso adecuado no solo se relaciona con la salud del trabajador, sino que tiene un impacto directo en su rendimiento y en la prevención de errores críticos.