El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha emitido una grave advertencia sobre la inminente escasez de alimentos en Gaza, anunciando que las últimas entregas de suministros a las cocinas comunitarias ya han sido realizadas y que, sin medidas urgentes, la asistencia alimentaria podría cesar por completo en cuestión de días. Esta situación crítica ha dejado a muchas familias a su suerte, incapaces de acceder a alimentos básicos, lo que ha llevado al PMA a calificar la situación de hambre como insostenible. La dependencia de estas cocinas es palpable, ya que son la única fuente constante de alimentación para una población que ha sufrido severos estragos debido a los prolongados conflictos y bloqueos.
Las condiciones de vida en Gaza han vuelto a alcanzar un punto crítico, justo cuando se empezaban a vislumbrar avances durante un breve alto el fuego. La combinación de un acceso humanitario severamente restringido y el cierre de las panaderías ha dejado a los residentes en una situación desesperada. Mientras los suministros de alimentos que se entregaron recientemente se están agotando rápidamente, el PMA ha resaltado que el apoyo alimentario cubre solo un cuarto de las necesidades nutricionales diarias de la población, lo que es absolutamente insuficiente ante el creciente número de personas vulnerables.
Las autoridades de la ONU han denunciado que ya han pasado más de siete semanas sin que ingrese ningún tipo de ayuda humanitaria a Gaza, lo que exacerba una crisis alimentaria que es crítica. Los precios de los alimentos han aumentado de manera alarmante, con un aumento del 1400% en comparación con los precios durante el periodo de alto el fuego a principios de año. Esta situación está generando preocupaciones sobre el aumento de la desnutrición, particularmente entre los grupos más vulnerables, como los niños y las mujeres embarazadas. Aunque desde el PMA se informa que hay toneladas de ayuda humanitaria lista para ser distribuida, el cierre de fronteras limita severamente la posibilidad de alivio a la población.
El Fondo de Población de la ONU (UNFPA) ha destacado el incremento del riesgo de violencia de género en Gaza, exacerbado por las condiciones de vulnerabilidad extrema que enfrentan las mujeres y niñas. Con el colapso de las redes de seguridad social y la pobreza generalizada, muchas se encuentran expuestas a la violencia y a la explotación. Además, las instalaciones y grupos de apoyo que solían ofrecer refugio y ayuda han sido destruidos o están inalcanzables, dejando a estas mujeres sin recursos ni opciones seguras, y aumentando el riesgo de matrimonios forzados y otros abusos.
La situación de desplazamiento también es alarmante: en el último mes, aproximadamente medio millón de personas han sido desplazadas debido a la violencia y las múltiples órdenes de evacuación de las fuerzas israelíes. La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) ha explicado que el espacio habitable ha disminuido drásticamente, dejándolos en condiciones deplorables y sumados a la falta de servicios básicos. A esto se une la destrucción de equipos y maquinarias esenciales para la ayuda humanitaria, lo que complica aún más las operaciones de rescate y la recuperación de desastres. Todo esto indica que la crisis humanitaria en Gaza podría convertirse en una catástrofe aún mayor, si no se toman medidas inmediatas.