En el horizonte de los 50 años del Golpe de Estado en Chile, la figura de José «Pepe» Mujica resuena con especial fortaleza. Este ex mandatario uruguayo fue uno de los primeros líderes internacionales en llegar a Santiago para conmemorar aquel trágico evento que marcó un antes y un después en la historia de América Latina. Mujica aprovechó su presencia para enviar un poderoso mensaje de esperanza a las nuevas generaciones, recordando que «siempre que llovió, paró», instando así a los jóvenes a no perder la fe en un futuro mejor. Su vida ha estado marcada por la resistencia, la lucha social y una firme convicción en la democracia, elementos que han moldeado su discurso y su legado en la región.
En una emotiva intervención en la Universidad de Chile, Mujica compartió con la comunidad estudiantil la importancia de la unidad en la lucha por la prosperidad. Enfatizó que las oportunidades no se regalan, se deben conquistar con esfuerzo y coraje. «Los débiles se juntan con sus pares», sostuvo, subrayando la necesidad de cohesión entre los jóvenes latinoamericanos para enfrentar los retos del presente. Este llamado a la organización y activismo resuena en un contexto donde la crisis social y política persiste en muchas naciones del continente, haciendo eco de la urgencia de construir una cultura de resistencia y solidaridad.
Rememorando su juventud, Mujica evocó un encuentro transformador que tuvo con Ernesto Che Guevara en Punta del Este, quien fue presentado por el entonces senador Salvador Allende. Este evento, de tanto significado personal y colectivo, dejó una huella imborrable en su visión de la lucha revolucionaria y la integración latinoamericana. La frase «se tendrán que hacer cargo de la historia» resonó entre los estudiantes, inspirando un sentimiento de responsabilidad frente a los desafíos que aún enfrenta la región. Su testimonio sirve como un puente entre las generaciones pasadas y presentes, promoviendo la reflexión y la acción conjunta.
Mujica también abordó el concepto de «cambio civilizatorio», un tema relevante en el contexto actual donde el avance tecnológico y la transformación del trabajo plantean nuevos interrogantes sobre la sociedad. Afirmó que el «factor inteligencia» tiene una relevancia que podría superar al capital, destacando que el futuro no está escrito y dependerá de cómo se enfrenten estos cambios. Este análisis crítico invita a la juventud a participar activamente en la construcción de un futuro que esté en consonancia con sus aspiraciones de equidad y justicia social, además de cuestionar las estructuras tradicionales que, a menudo, perpetúan la desigualdad.
Finalmente, el legado de José Mujica, quien falleció el 13 de mayo de 2025 tras una larga batalla contra el cáncer, perdura con fuerza en la memoria colectiva de América Latina. Su vida y mensaje, marcados por la humildad, la coherencia y el llamado a la integración, son un faro de esperanza para los pueblos que siguen buscando caminos de justicia y equidad. En el marco de las conmemoraciones por el Golpe de Estado en Chile, su presencia y palabras se convierten en un recordatorio de la necesidad de unidad y acción colectiva entre las nuevas generaciones, que deben asumir el desafío de forjar un nuevo destino para el continente.