La comunidad de Quebrada Herrera en Putaendo está a punto de vivir un emotivo reencuentro con la imagen del Cristo de los Dolores, que regresa a su capilla Inmaculada Concepción tras un proceso de restauración. Este significativo evento se debe al esfuerzo conjunto de Beatriz Estay y Aldana Flores, dos estudiantes de la carrera Técnico en Restauración de Bienes Patrimoniales. La imagen, realizada en madera policromada, presentaba daños visibles y desgaste por el paso del tiempo, lo que motivó a las jóvenes a presentar este proyecto como parte de su Portafolio de Título, cerrando así su ciclo académico con una intervención de alto valor patrimonial y emocional para la comunidad.
Durante tres meses, Beatriz y Aldana se dedicaron en cuerpo y alma a la restauración del Cristo, un proceso que, según Aldana, fue un gran desafío en términos de técnicas de policromía y el uso de materiales tradicionales. La intervención incluyó la aplicación de una base de yeso, cola de conejo y pigmentos naturales, elementos que son fundamentales para asegurar una restauración respetuosa con el patrimonio cultural. La supervisión de docentes especialistas en la carrera fue clave para guiar a las alumnas, quienes compartieron su trabajo con la comunidad a través de la cartelera cultural A Puertas Abiertas de Duoc UC, permitiendo a los vecinos observar el proceso en tiempo real.
Héctor Urbina, miembro activo de la comunidad y feligrés de la capilla, compartió su emoción al hablar sobre la historia del Cristo de los Dolores. Según su relato, esta valiosa imagen perteneció originalmente a la familia que donó los terrenos en los que se construyó la capilla en 1899 y fue posteriormente ofrecida a la institución religiosa. Los habitantes de Quebrada Herrera están organizando una misa especial para celebrar el regreso del Cristo a su altar, un evento que promete ser una emotiva reunión de fe y comunidad.
La Capilla Inmaculada Concepción no solo es un lugar de oración, sino también un punto de encuentro para generaciones de fieles que han encontrado en este espacio un refugio espiritual. Su historia está profundamente arraigada en la comunidad, de hecho, se dice que fue paso de misioneros que llegaban a propagar la fe en la zona. Este carácter simbólico y tradicional hace que la restauración del Cristo de los Dolores tenga un significado aún más profundo, rescatando la herencia cultural y religiosa de sus habitantes.
Finalmente, Beatriz, quien concluirá su formación junto a Aldana con honores, expresó su emoción al entregar este valioso trabajo a la comunidad. «Este es un regalo para toda la comunidad de Quebrada Herrera, que podrá reencontrarse con la imagen de un Cristo cargado de historia, fe y memoria colectiva», afirmó. El deseo de Beatriz y Aldana es que este legado patrimonial sea valorado y preservado para las actuales y futuras generaciones de Putaendo, asegurando que la historia de su comunidad siga viva en el corazón de todos.