Ansiedad: Comprendiendo sus causas y síntomas en Chile

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En Chile, la ansiedad se ha convertido en un problema de salud mental de alta prevalencia, afectando a casi 1 de cada 4 adultos. Esta preocupación se intensifica en el ámbito universitario, donde más del 60% de los estudiantes reporta síntomas de ansiedad. La situación es alarmante y pone de manifiesto la necesidad de abordar de manera integral este fenómeno, especialmente en un contexto donde los desafíos emocionales están al alza. Sin embargo, es esencial entender que la ansiedad no es intrínsecamente negativa, sino que forma parte de la experiencia humana y puede ser una herramienta de autoconocimiento y crecimiento personal.

La ansiedad se manifiesta de diferentes maneras, tanto a nivel físico como mental. Muchos experimentan palpitaciones, insomnio o dificultades para respirar, mientras que otros se enfrentan a una vorágine de pensamientos que parecen no tener fin. Este trastorno, lejos de tener una única causa, se presenta como el resultado de una compleja red de factores biológicos, psicológicos y sociales. Esto refuerza la idea de que, para abordar la ansiedad, es necesario un enfoque multidimensional que contemple las diversas aristas que contribuyen a su aparición.

Particularmente entre los jóvenes, la ansiedad se ve exacerbada por una serie de factores contemporáneos que crean una «mezcla explosiva». La presión social, caracterizada por una competitividad intensa y la omnipresencia de las redes sociales, puede llevar a comparaciones dañinas y una búsqueda constante de aprobación. Adicionalmente, las incertidumbres económicas y los ideales de éxito poco realistas pueden generar un ambiente propicio para el desarrollo de síntomas ansiosos. Por ello, es fundamental que tanto los individuos como la sociedad en su conjunto reconozcan la ansiedad como una señal, y no como un signo de debilidad o un estigma.

La académica Claudia Szita, de la carrera de Psicología de la Universidad Andrés Bello, destaca la importancia de escuchar a la ansiedad en lugar de reprimirla. Para ella, más que acallarla o dejarse llevar por la corriente del malestar emocional, es crucial indagar en sus raíces y comprender qué está pidiendo ser atendido en nuestra psique. Esto implica un proceso de transformación y autoconocimiento que puede resultar liberador y sanador, permitiendo que la ansiedad se convierta en una guía para el cambio personal.

Finalmente, es vital que la sociedad chilena tome conciencia de que la ansiedad no debe ser vista como una moda o un defecto personal; es un indicio de que algo en nuestra vida necesita atención. Por ello, fomentar espacios de diálogo y apoyo emocional, así como desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas, son pasos esenciales hacia la reducción de la ansiedad y el bienestar de las personas. Solo así podremos avanzar en un camino de comprensión y sanación, donde la ansiedad pueda ser integrada como parte de nuestra experiencia sin ser desbordante.

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