El pasado 11 de abril, la División de Adquisiciones del Ejército de Chile (Divae) tomó la decisión de suspender la compra de 173 camiones Tipo A de la reconocida marca Mercedes Benz, representada en el país por Comercial Kauffman, por un monto superior a los 45 millones de dólares. Esta medida se adoptó tras considerar los reclamos de las empresas Salfa y Tata, quienes aseguraron haber presentado propuestas más competitivas tanto en términos de costo como en plazos de entrega, lo que ha levantado una serie de cuestionamientos sobre la transparencia del proceso de licitación.
Según información publicada por The Clinic, Salfa y Tata impugnaron la decisión argumentando que su descalificación se debía a aspectos administrativos menores y no excluyentes. Ambos reclamantes solicitaron una revisión del proceso, sugiriendo que existía un favoritismo hacia Mercedes Benz, lo que alimenta la controversia en torno a la adjudicación de contratos públicos en el ámbito militar. Este incidente no solo resalta la competencia entre proveedores, sino también las preocupaciones sobre la integridad de los procedimientos de compra del Ejército.
La licitación que se suspendió es parte de la segunda fase del ambicioso proyecto Alfil, lanzado a mediados de 2022 con el objetivo de modernizar la flota del Ejército chileno mediante la adquisición de 373 camiones de diferentes categorías. Con un presupuesto total asignado de 98 millones de dólares para esta etapa, los camiones Tipo A representarían una parte significativa de esa inversión. A pesar de que la propuesta de Salfa fue la única que cumplió las pruebas técnicas requeridas y ofreció un precio más bajo en comparación con la de Kauffman, la falta de un certificado de vigencia de poderes apropiado fue el motivo de su desestimación.
En el caso de los vehículos medianos, la situación fue similar. La oferta de Tata, que era casi seis millones de dólares más barata que la de Kauffman, fue descalificada por no presentar documentos traducidos oficialmente y la falta del certificado de vigencia correspondiente. También se presentó el curioso caso del modelo Unimog 4000 de Mercedes Benz, que no logró cumplir con los requisitos operacionales exigidos por el Ejército, lo que plantea dudas sobre su capacidad para transportar la carga y los soldados necesarios.
Como resultado de los problemas en las licitaciones, el Ejército ha declarado desierta la compra de los camiones medianos y ha solicitado formalmente al Ministerio de Defensa Nacional el inicio de un nuevo proceso de adquisición. La situación no solo ha dejado en el aire la compra de unos vehículos necesarios para la modernización de las capacidades logísticas del Ejército, sino que también pone a prueba la gestión del departamento de adquisiciones en su compromiso de asegurar un proceso justo y transparente. Mientras tanto, el recurso presentado por Tata sigue pendiente de resolución, lo que podría complicar aún más la situación.