Contribuciones adeudadas: Javier Etcheberry en el SII

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Luego de la controversia suscitada por la falta de regularización de su propiedad en la Laguna de Aculeo, el director del Servicio de Impuestos Internos (SII), Javier Etcheberry, ha tomado la decisión de cancelar completamente los nueve años de contribuciones adeudadas. Esta acción se realiza en medio de una intensa atención mediática y política, después de que se revelara que su casa no estaba debidamente registrada. La controversia ha puesto en tela de juicio la figura de Etcheberry, especialmente dado su rol al frente de una entidad encargada de supervisar el cumplimiento de las obligaciones tributarias en el país.

Según informaciones proporcionadas por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, el director del SII decidió renunciar al límite de retroactividad de tres años que normalmente se aplica a los cobros por construcciones no registradas. Etcheberry optó por pagar la totalidad de las contribuciones adeudadas, lo cual incluye un avalúo fiscal de la propiedad que pasó de $158 millones a más de $339 millones tras la reciente actualización. Esta decisión gira en torno a una norma del propio SII que permite a los contribuyentes renunciar a la prescripción, lo que significa que está dispuesto a asumir su responsabilidad tributaria a pesar de las irregularidades en la construcción de su vivienda.

Sin embargo, la situación ha provocado una lluvia de críticas no solo desde el ámbito político, sino también entre la ciudadanía. Durante su gestión, Etcheberry ha mantenido un discurso firme respecto a la necesidad de que tanto personas como empresas cumplan con sus obligaciones tributarias. Este caso ha hecho resaltar la aparente contradicción entre su postura pública y su situación personal, lo que ha llevado a varios parlamentarios a solicitar su renuncia. La voz de la candidata del Partido Comunista y miembro del oficialismo, Jeannette Jara, se ha sumado a estos reclamos, enunciando que el director del SII debería considerar dar un paso al costado por la falta de transparencia en sus acciones.

Desde su nombramiento, Etcheberry ha estado en el ojo del huracán, especialmente por la relevancia que tiene su rol al ser el encargado de la administración tributaria en Chile. La gestión eficiente y la exigencia en el cumplimiento de las obligaciones fiscales son esenciales para el funcionamiento del Estado, y su caso plantea serias preguntas sobre la ética y la moralidad en la dirección de una institución que vela por la transparencia fiscal. La situación en torno a su propiedad, que incluye edificaciones no autorizadas y un aumento considerable en su superficie construida, también ha suscitado preocupaciones sobre la efectividad de las regulaciones de construcción en el país.

En conclusión, el escándalo en torno a Javier Etcheberry ilustra la complejidad de la gestión tributaria en Chile y los desafíos que enfrentan los líderes en el sector público. La decisión de pagar todas las contribuciones adeudadas podría ser vista como un intento de restaurar la confianza en su liderazgo, aunque el hecho de que haya estado involucrado en tales irregularidades continúa generando un intenso debate sobre la rendición de cuentas. A medida que avanza esta polémica, quedará por verse si el director del SII podrá salir fortalecido de este episodio, o si será obligado a abandonar su puesto por las crecientes presiones políticas y sociales.

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