La electromovilidad ha ganado mucha popularidad en los últimos años, especialmente en Chile donde la contaminación ambiental ha alcanzado niveles preocupantes.
Mucho se dice acerca de los beneficios de esta tendencia, pero poco se habla acerca de los costos y la facilidad de acceso a un vehículo de esta categoría.
El precio elevado de estos modelos de vehículos es una de las principales causas de desmotivación de compra en los consumidores.
En teoría, el precio de los autos eléctricos debería bajar con el pasar del tiempo, a la par que se integra a la sociedad y se convierte en una de las principales alternativas del mercado automotriz.
Así también se podrá ver una reducción en costes de producción de baterías y una mayor demanda, lo que llevará a precios más razonables.
Incluso, el panorama actual señala que los autos eléctricos eventualmente reemplazarán a los autos de combustión tanto en el mercado como en las calles.
“Si las cosas siguen avanzando de esta manera pronto serán los autos eléctricos la primera consideración de los consumidores al momento de comprar un auto”, aseguró Juan José Santa Cruz, gerente general de EstoySeguro.
Pero, ¿realmente llegarán a ser más económicos que los autos a combustión?
El factor más determinante en este punto es la dependencia de cobalto, un mineral bastante limitado y de gran importancia en la producción de baterías eléctricas.
Esto mismo eleva los costes de producción de los coches eléctricos, lo que irremediablemente eleva los costes de comercialización.
Para ser más exactos, la compañía alemana BMW otorgó datos concretos acerca de los precios y requerimientos de estos elementos.
El precio de 1kWh (kilovatio hora) seguirá rondando los 100 o 150 euros, necesitándose entre 90 y 100 kWh para una batería de un auto eléctrico.
Esto generará un costo de producción de un auto eléctrico de 10.000 a 15.000 euros, lo que llevará a precios de ventas muchos más elevados.
¿Qué datos existen en el mercado?
Sin embargo, existen datos sobre el mercado que apuntan a una disminución del precio del kWh llegando a costar hasta 80 dólares.
Aunque esto puede significar una disminución importante en los costes, aun nos encontraríamos con precios elevados.
En este sentido, la misma BMW ha señalado que es necesario acudir a otros recursos de más fácil acceso y menor precio.
Ya varias marcas conocidas de la industria automotriz se han adentrado en experimentar con nuevos elementos para la producción.
Por ejemplo, la marca bávara ya prepara su quinta generación de motores sin cobalto, así como Toyota, Fisker y Ford han apostado por la producción de baterías de estado sólido y grafeno.
En conclusión, mientras el cobalto siga siendo un elemento esencial en la producción de baterías para autos eléctricos, estos nunca llegarán a ser más económicos que los autos a combustión.
Incluso, nunca llegarán a presentar precios medianamente razonables para el consumidor promedio y estos seguirán inclinándose por un vehículo con motor térmico.