Médicos Sin Fronteras (MSF) ha lanzado una alarmante alerta sobre la situación que se vive en Sudán, donde la hambruna y la violencia continúan siendo devastadoras. Se ha demostrado que cada dos horas muere un niño, destacando lo catastrófico de un contexto humanitario marcado por el terror y la desesperación. En el campo de desplazados de Zamzam, en Darfur Norte, se ha reportado una ofensiva terrestre llevada a cabo por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), resultando en la muerte de cientos de personas e impactando de manera brutal a la población civil. La violencia desatada ha llevado a que miles huyan de la zona, enfrentándose a condiciones extremas de deshidratación y heridas por balas en su camino hacia refugios temporales en Tawila.
El informe de MSF sobre la crisis humanitaria en Sudán revela condiciones alarmantes, con un 40% de los heridos atendidos siendo mujeres y niñas. Esta situación se agrava por el hecho de que muchas familias se ven forzadas a enterrar a sus muertos en fosas improvisadas, producto de la violencia desencadenada. La tragedia continúa incrementando, ya que el 15% de los niños en Zamzam sufre de desnutrición aguda severa y cerca del 40% de los infantes menores de dos años presentan signos de malnutrición. A medida que el campo de Zamzam, que en su apogeo albergaba a 500.000 personas, cae cada vez más bajo el control de las FAR, las condiciones de vida de los desplazados se tornan insostenibles.
La crisis en Sudán ha sido exacerbada por una falta de respuesta internacional adecuada y un alarmante recorte de fondos por parte de gobiernos como el de los EE.UU., que han vuelto más crítica la escasez de alimentos y medicinas. Claire Nicolet, de MSF, ha exigido una movilización masiva de ayuda humanitaria, instando a la ONU y a otros donantes a garantizar la creación de corredores seguros para facilitar el acceso a la asistencia humanitaria. La organización ha advertido que la indiferencia global frente a esta, que es la mayor crisis de desplazamiento del mundo con 13 millones de personas afectados, se convierte en cómplice de esta tragedia.
La realidad de la violencia de género también ha surgido como un tema crítico dentro del contexto del conflicto en Sudán. MSF ha documentado un incremento del 288% en los casos de violencia sexual, con mujeres que han sido atacadas en sus hogares o en medio de su desesperada huida. Las cifras son perturbadoras, con el 90% de las sobrevivientes en Chad reportando que sus agresores estaban armados. Esta epidemia de violencia añade una capa más de sufrimiento a una población ya devastada por la guerra y la hambruna.
Sin embargo, a pesar de la magnitud de la crisis y las evidentes necesidades, la respuesta internacional sigue siendo insuficiente y extremadamente limitada. MSF ha instado a la comunidad global a romper el silencio sobre Sudán, recordando que cada voz cuenta y es esencial en la lucha por la justicia humanitaria. La organización subraya que el tiempo no está del lado de aquellos que sufren, y es vital que se tomen medidas inmediatas y efectivas para atender las necesidades urgentes de la población civil en Sudán, que enfrenta una de las crisis más graves de la actualidad.