Durante la reciente sesión de la Comisión de Derechos Humanos, el diputado independiente Roberto Celedón confrontó al parlamentario de Renovación Nacional, Johannes Kaiser, acerca de sus declaraciones controversiales en relación al excarabinero Claudio Crespo. Celedón buscó esclarecer si las afirmaciones de Kaiser reflejaban su opinión real o si habían sido malinterpretadas, dada la gravedad de estas afirmaciones que, a su juicio, eran “absolutamente incompatibles con los derechos humanos”. Ante esta interrogante, Kaiser se defendió al sostener que lo leído por Celedón era efectivamente lo que había expresado, sugiriendo que el diputado formara su propia opinión sobre el tema.
Kaiser, quien además es candidato presidencial, no dudó en invitar a Celedón a debatir el asunto, pero dejó en claro que no quería que la Comisión de Derechos Humanos se convirtiera en el espacio para tal discusión. Sin embargo, la tensión no se disipó con esto. El diputado de su mismo partido, Cristián Labbé, intervino en defensa de Kaiser, sugiriendo que si se pedían explicaciones a él, también toda la oposición, desde el Presidente Boric hacia abajo, debería rendir cuentas. Esta afirmación solo encendió más el ambiente en la sala, generando un intercambio acalorado entre los presentes.
La diputada Lorena Pizarro, del Partido Comunista, interrumpió a Labbé, pidiéndole que moderara su tono de voz, lo que provocó un aumento en la animosidad de la discusión. Varios otros congresistas se unieron al cruce de palabras, y el clima se tornó tan tenso que Tomás Lagomarsino decidió abandonar la sala. A pesar de la intervención del presidente de la comisión para calmar los ánimos, los intercambios continuaron de manera acalorada, aunque ya sin los micrófonos encendidos, lo que evidenció la polarización de opiniones dentro del parlamento.
Las declaraciones que levantaron la polémica provinieron de una reciente entrevista que Kaiser dio a Radio La Clave, donde defendió al excarabinero Crespo, asegurando que durante el estallido social de 2019 no hubo «acciones impropias» y alabó la moderación de Carabineros en ese periodo. Kaiser expresó su sorpresa positiva al considerar que los efectivos habían mostrado autocontrol en el uso de la fuerza, sugiriendo que, según la legislación vigente, podrían haber utilizado sus armas de fuego en situaciones donde sí se justificaba, afirmaciones que muchos consideran irresponsables dadas las violaciones a los derechos humanos documentadas en esa época.
Asimismo, Kaiser destacó la peligrosidad de disparar al suelo, explicando que las balas pueden rebotar y causar daños a personas inocentes, insinuando que las heridas y mutilaciones ocurridas durante las manifestaciones eran una consecuencia de la dinámica de los disparos. Estas declaraciones han provocado una fuerte reacción en diversos sectores, incluidas amplias críticas de organismos de derechos humanos que ven en las palabras de Kaiser una falta de empatía hacia las víctimas de la represión. La controversia continúa agendando debates sobre el uso de la fuerza por parte de las fuerzas del orden en Chile y el respeto a los derechos humanos en tiempos de crisis.