Carlos Astudillo, un prominente administrador público y cientista político chileno, se ha convertido en el rostro de la lucha por la justicia tras sobrevivir a la represión estatal durante el estallido social de 2019. En una reciente controversia, respondió contundentemente a Claudio Crespo, un exteniente coronel de Carabineros acusado de violaciones a los derechos humanos, quien lo había calificado de «delincuente». Astudillo utilizó su cuenta de Instagram para manifestar su indignación, señalando que la crítica de Crespo intenta desacreditar las resoluciones judiciales que condenan el uso excesivo de la fuerza por parte de Carabineros durante las protestas, especialmente en relación con el caso de Gustavo Gatica, quien perdió la vista tras ser impactado por disparos de balines.
En su mensaje, Astudillo enfatizó que su propio caso ha sido judicializado, resultando en una condena de siete años para el militar responsable de dispararle. Recordó que la Corte Suprema ratificó esa sentencia, lo que desmiente categóricamente las acusaciones de Crespo. «Los tribunales de justicia fueron categóricos en condenar el delito de apremios ilegítimos que sufrí», declaró, resaltando la falta de respeto del exuniformado hacia el sistema judicial chileno al cuestionar sus decisiones.
Astudillo no solo defendió su caso personal, sino que también subrayó la urgencia de hacer visibles las atrocidades cometidas durante el estallido social. En su relato, recordó el momento en que fue baleado y dejó claro que la violencia sufrida tiene consecuencias ineludibles tanto físicas como psicológicas. «La bala destruyó todo, destruyó el hueso femoral, destruyó arterias, destruyó venas, destruyó nervios», aseguró, compartiendo la dramática brutalidad del ataque que ha marcado su vida para siempre.
Con un claro mensaje de indignación, Astudillo afirmó que «los verdaderos delincuentes son quienes dieron las órdenes, dispararon y sacaron los ojos». Esta declaración se produce en un contexto en que muchas voces críticas se alzan contra la impunidad que rodea a las violaciones de derechos humanos durante el estallido social. Su insistencia en visibilizar las responsabilidades es un llamado a no olvidar a las víctimas y a exigir justicia en un escenario marcado por la falta de respuestas adecuadas a la violencia institucional.
Su mensaje coincide con las declaraciones de Amnistía Internacional, que han denunciado una «escandalosa impunidad» en Chile, subrayando que solo el 0,6% de los casos de violencia policial han resultado en condenas. Rodrigo Bustos Bottai, director ejecutivo de la organización, criticó la ausencia de justicia real y la urgencia de investigarla a todos los niveles de mando. Refuerza así el papel de Astudillo no solo como un sobreviviente, sino como un defensor de los derechos humanos en una lucha que todavía continúa por la verdad y justicia en Chile.