Destitución Sebastián Sotelo y la crisis en la derecha

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La destitución de Sebastián Sotelo, administrador municipal de Independencia y militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI), ha desatado una profunda crisis al interior de la derecha chilena. La decisión, que fue impulsada formalmente por tres concejales de izquierda, fue respaldada de manera sorpresiva por el concejal independiente Rodrigo Barco, quien se había alineado con los intereses de Renovación Nacional (RN). Esta situación ha tensionado aún más las relaciones entre la UDI, RN y el Partido Republicano, evidenciando las fracturas internas que afectan a la coalición de derecha en el contexto político actual.

El voto decisivo que llevó a la remoción de Sotelo provino del concejal Máximo Breake, del Partido Republicano, quien, según informaciones de La Tercera, actuó bajo instrucciones de José Carlos Meza, diputado del mismo partido. Esta acción ha generado un fuerte revuelo al interior de la colectividad republicana, donde varias figuras de renombre, como la expresidenta del Consejo Constitucional Beatriz Hevia, han salido en defensa de Sotelo, elogiando su papel en la lucha por la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Desde su llegada a la administración municipal, Sotelo se comprometió con una agenda anticorrupción, impulsando hasta 42 sumarios administrativos y varias acciones legales, destacándose la destitución de la exsecretaria personal del exalcalde Gonzalo Durán (Frente Amplio) por falsificación de su título profesional. Su firme liderazgo en esta cruzada había ganado el reconocimiento de algunos sectores dentro de la UDI, así como también tensiones con otros actores de la política local que se vieron amenazados por sus investigaciones.

La reacción del actual alcalde Agustín Iglesias, quien había apoyado a Sotelo, fue inmediata al enterarse de la convocatoria a la sesión extraordinaria que definiría el futuro del administrador municipal. A pesar de sus esfuerzos por frenar la sesión, Iglesias no logró cambiar el rumbo de los acontecimientos. Durante la votación, Breake selló la suerte de Sotelo al unirse a los concejales de RN y a los tres concejales de izquierda, asegurando así su destitución.

Tras la salida de Sotelo, la UDI y el alcalde Iglesias buscaron revertir la decisión en una nueva sesión, pero no alcanzaron el quórum necesario debido a la ausencia de varios concejales, lo que dejó la situación en un ambiente de incertidumbre y crisis. Este episodio no solo resalta la inestabilidad de las alianzas políticas dentro de la derecha en Chile, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro del liderazgo anticorrupción en la comuna de Independencia y la capacidad de la coalición de derecha para mantenerse unida ante conflictos internos.

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