En una sorpresiva decisión, tres camarógrafos de Chilevisión han sido desvinculados de sus puestos de trabajo debido a una irregularidad que involucra una colaboración no autorizada con el canal rival Mega durante el Festival de Viña del Mar. Los profesionales, quienes contaban con varios años de experiencia en Paramount, fueron sorprendidos participando en los ensayos del festival, a pesar de que su vínculo contractual con Chilevisión les prohíbe llevar a cabo actividades similares en otros medios de comunicación, salvo que se obtenga el permiso correspondiente.
Los camarógrafos habían solicitado autorización a su jefe directo, pero este no era el procedimiento adecuado, ya que, según la cláusula 5 de su contrato, era necesario gestionar el permiso a través del director del área. Este hecho, considerado una falta grave por parte de la estación televisiva, llevó a la empresa a tomar cartas en el asunto y desvincular a los trabajadores, quienes, a pesar de haber actuado con buena fe, no siguieron el proceso establecido.
La dirección de Chilevisión lamentó la situación a través de un comunicado oficial, en el que se expresa que la desvinculación fue una decisión difícil, dado que este tipo de medidas no son placenteras ni beneficiosas para el desarrollo de la compañía. Subrayaron la importancia de respetar los compromisos adquiridos al momento de incorporar al equipo, destacando que el cumplimiento de las normativas contractuales es fundamental para mantener la integridad y la confianza dentro de la organización.
El caso ha generado gran controversia en el ámbito mediático chileno, donde muchos se preguntan hasta qué punto la competencia entre canales puede llevar a situaciones de tal gravedad. Algunos analistas sugieren que el clima de competencia intensa puede resultar en decisiones que, aunque legalmente justificadas, podrían considerarse excesivas o insensibles ante el largo historial de los trabajadores en la industria.
Este incidente también pone de manifiesto la rigurosidad con la que las empresas de televisión vigilan la lealtad de sus empleados, especialmente en un entorno en el que la fuga de talento y la colaboración entre diferentes cadenas puede ser perjudicial para los intereses comerciales de cada canal. La situación de estos tres camarógrafos sirve como recordatorio de las complejidades y desafíos que enfrentan los profesionales en el sector audiovisual, donde la pasión por el arte a menudo encuentra obstáculos por las políticas corporativas.