El Internado: Conflictos y Retos en la Cocina Extrema

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La noche de este martes, «El Internado» se convirtió en un espacio de íntimas confesiones y provocativas críticas, destacando un análisis contundente de Otakín sobre Etienne Bobenrieth. La atmósfera se tensó cuando Otakín expresó su descontento respecto a los dramas personales que han surgido en el programa, señalando que, como compañeros, han alimentado el sufrimiento de Etienne. Según él, el enamoramiento no correspondido de Etienne hacia Paloma Fiuza es un claro ejemplo de cómo el juicio social puede afectar a las personas, especialmente a las mujeres, y cómo es necesario empatizar y dar espacio para que cada uno maneje sus emociones. La conversación pronto escaló hacia el terreno del respeto y las expectativas dentro de las relaciones del programa, poniendo en la mira la dinámica interpersonal entre los concursantes.

En medio de esta tensa conversación, Joaquín Méndez llevó a los alumnos a una experiencia única en la chacra, donde se desató la semana chino-japonesa. La actividad, que consistió en probar delicias y curiosidades de la gastronomía del extremo oriente, incluyó la desafiante tarea de comer insectos. Los participantes, divididos entre los valientes y los reacios, se enfrentaron a una variedad de sabores, desde grillos hasta gusanos tenebrosos. Pops, a pesar de sus reservas, hizo un esfuerzo notable al probar los gusanos sofocos, mientras que Laura, Milo y Fernando Solabarrieta se destacaron por su valentía. Camila Nash, sin embargo, no logró superar el reto, exhibiendo el miedo común que algo tan inusual puede provocar.

Las tensiones no solo se limitaron a la cena, sino que también se trasladaron a la competencia de cocina que siguió. En un desafío extremo, los alumnos del equipo rojo debieron preparar un temaki, un nigiri y un maki, utilizando ingredientes señalados en hindi y japonés, lo que generó una atmósfera caótica en la cocina. Maluco, quien no asistió a la clase master sobre sushi por estar enfermo, no logró presentar un plato que convenciera a los jueces. La crítica de Yann Yvin fue despiadada, señalando que la higiene es fundamental en la cocina y que la forma en que Maluco trabajó era inaceptable. Esto dejó a Maluco en la cuerda floja, mientras que Camila, a pesar de sus esfuerzos, fue igualmente señalada por no completar su plato.

Tras la competencia, las dinámicas comenzaron a aclararse. Etienne tomó la iniciativa de conversar con Pops para disculparse por cualquier malentendido respecto a Tom Brusse y su relación problemática. Esta charla se convirtió en un momento crucial donde ambos pudieron expresar sus sentimientos y reafirmar su amistad. Además, otro diálogo interesante se dio en torno a las relaciones personales del grupo. Daniella Campos, junto a Luis Sandoval y Camila, entrevistaron a Blu Dumay sobre sus sentimientos por Efrén Reyero, abriendo el debate sobre la diferencia de edad en las relaciones y cómo este aspecto podría influir en la percepción familiar. Blu abordó el tema con madurez, indicando que nunca ha tenido problemas con su familia en cuanto a sus elecciones amorosas.

En un giro inesperado, Luis reveló una anécdota sobre una propuesta indecente que recibió de un famoso hijo de un cantante español durante una entrevista, añadiendo un toque de humor al ambiente. Estos intercambios reflejan no solo la tensión en las relaciones de los concursantes, sino también las interacciones amenas que contrastan con los momentos de drama y competencia. «El Internado» continúa capturando la atención del público cada semana, mas esta última entrega destacó por ser un espacio donde las emociones humanas más profundas se manifestaron en los lazos entre los concursantes, mostrando que detrás de la competencia, existe una rica variedad de conexiones e historias que contar.

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