El reciente descubrimiento de un fragmento del documental «Fighting the Past» ha provocado una nueva oleada de críticas hacia Evelyn Matthei, candidata presidencial del bloque Chile Vamos. Este extracto, que se remonta a 1999, muestra a Matthei ofreciendo una perspectiva controvertida sobre las violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico-militar en Chile. La exalcaldesa de Providencia, en su papel como senadora en ese momento, parece normalizar los actos de represión al afirmar que «en los primeros años fue inevitable» y, cuando se le pregunta si acepta esta realidad, responde sin rodeos: «Sí, lo acepto». Estas palabras han resonado intensamente en la memoria colectiva, reviviendo los debates sobre la responsabilidad y el legado de quienes, como ella, han sido figuras clave en la historia reciente de Chile.
El documental, que fue producido por la Australian Broadcasting Corporation, ofrece un análisis profundo de las cicatrices que dejó la dictadura militar en la sociedad chilena. A través de testimonios impactantes y archivos históricos, muestra cómo la represión y el silencio han marcado a generaciones. Las declaraciones de Matthei, que se alinean con una narrativa en la que los crímenes son relativizados, han sido objeto de un fervoroso debate público, ya que muchos consideran que su aceptación de estas violaciones no puede ser desestimada en el contexto actual. La narradora del documental, al introducir el tema, advierte sobre la creencia de que las atrocidades fueron un «precio a pagar» por la estabilidad, un argumento que la propia Matthei parece sostener.
Las reacciones a este video no se han hecho esperar. En un momento en que Matthei se encuentra en la carrera presidencial, su enfoque sobre el pasado dictatorial podría dañar su imagen y la narrativa del sector político que representa. En un contexto en el que Chile Vamos busca distanciarse de la herencia de la dictadura, las palabras de la candidata son vistas como un tropiezo. El partido necesita moderar su discurso sobre estos temas tan delicados para atraer un electorado más amplio, sin embargo, la insistencia de Matthei en un relato que muchos consideran problemático puede complicar esa estrategia.
No es la primera vez que Evelyn Matthei enfrenta críticas por sus comentarios relacionados con el régimen militar. A finales de los años 90, ella recibió a Augusto Pinochet cuando este regresó a Chile tras su detención en Londres por violaciones a los derechos humanos. En varias entrevistas, ha intentado marcar una distinción temporal entre el golpe de Estado de 1973 y lo que describe como «excesos» posteriores, sugiriendo que la violencia inicial fue forzada por un contexto de guerra civil. Sin embargo, esta lógica es considerada por muchos como una forma de intentar limpiar el legado de la dictadura y el papel que su familia tuvo en ella.
El impacto de este nuevo material audiovisual también refleja una tensión más profunda en la política chilena, donde las heridas del pasado siguen abiertas. Las declaraciones de Matthei no solo han reavivado el debate sobre su papel y el de su familia durante la dictadura, sino que también exponen la fragilidad de la estrategia electoral de Chile Vamos. A medida que las generaciones más jóvenes se involucran en la política y demandan un reconocimiento genuino de las injusticias del pasado, figuras como Matthei enfrentan un dilema: cómo reconciliar sus creencias y su historia personal con un electorado que exige verdad, justicia y reparación.