En el Mes de la Mujer, Paola de la Torre Christie, periodista y coach certificada, lanza una invitación a todas aquellas mujeres mayores de 40 años a reflexionar sobre su lugar en el mundo y la rica experiencia que han acumulado a lo largo de los años. A menudo, la sociedad nos presenta una imagen idealizada de la mujer perfecta, conocida como «la mujer maravilla», y bajo esta presión, muchas han aceptado llevar el peso de múltiples roles sin cuestionar la necesidad de cuidar de sí mismas primero. En este sentido, Paola nos motiva a detenernos y a replantear ese mandato social: ¿Por qué tenemos que ser siempre impecables en todos los aspectos de nuestras vidas?
La idea de ser la madre ideal, la pareja perfecta y la profesional excecional puede ser abrumadora y, lamentablemente, se enseña sin considerar la importancia de la autocompasión. Paola señala que se nos olvida la necesidad de ser generosas con nosotras mismas, de dar el paso hacia la aprobación de nuestras propias necesidades. Construir una vida que priorice el amor propio y la felicidad no es solo un privilegio, sino un derecho fundamental que cada mujer debe reconocer y exigir. Por lo tanto, es esencial practicar el arte de decir ‘no’ sin culpa, y aprender a poner nuestras propias prioridades en la lista.
La jornada diaria llena de deberes y responsabilidades puede llevar a las mujeres a descuidar su bienestar emocional, lo que, a su vez, impacta negativamente en sus relaciones más cercanas. La periodista enfatiza que descuidarse por cumplir con un ideal que no es realista no solo afecta la plenitud personal, sino que también tiene repercusiones en la vida familiar. Al priorizarnos y cuidar nuestro bienestar, creamos una atmósfera de armonía que beneficia a todos a nuestro alrededor, convirtiéndonos en un ejemplo de amor y felicidad para quienes amamos.
El desafío de cambiar este paradigma está en manos de cada mujer. Para muchas, esto implicará liberarse de la culpa, dejar atrás la búsqueda de la perfección y darse el permiso de ser simplemente humanas. Aceptar que nuestras responsabilidades y sueños merecen el mismo protagonismo que los de otros es un paso hacia la autenticidad. No se trata de descuidar nuestras obligaciones, sino de aprender a colocarnos en el centro. Paola insta a las mujeres a ser ejemplos a seguir para la próxima generación, enseñando que ser felices no es opcional, sino esencial.
Finalmente, el Día de la Mujer se presenta como la ocasión perfecta para examinar nuestra realidad. Paola invita a todas a considerar si están viviendo desde la autenticidad, si sus necesidades están a la par de las de los demás, y si se sienten contentas con la vida que llevan. La reflexión sobre la lista de metas y el valor de nuestros sueños es clave para empoderarnos en esta nueva etapa de la vida. Así que, alzamos nuestras voces para recordar que somos poderosas, que tenemos el derecho a redefinir nuestras vidas y que juntas, podemos construir un futuro más pleno y significativo.