Propaganda de ultra derecha: ¿Revisando la historia nazi?

Compartir

El negacionismo del pasado nazi se ha convertido en un tema recurrente en el discurso de la ultraderecha chilena, con figuras como Axel Kaiser a la cabeza. Kaiser sostiene que el nazismo es esencialmente socialista, citando selectivamente frases de Hitler en un intento de reescribir la historia. Sin embargo, tal afirmación ignora los hechos incontrovertibles del Holocausto y del exterminio sistemático de veraderos socialistas, comunistas y judíos por parte del régimen nazi. La retórica de Kaiser es parte de un esfuerzo más amplio que busca desvincular la ideología fascista de su legado a través de una reconfiguración histórica que se aleja de las verdades comprobadas.

Acompañando a Kaiser, el Centro de Investigación sobre el Extremismo (C-REX) de la Universidad de Oslo proporciona un contexto esencial, describiendo el nazismo como un movimiento völkisch que se consolidó en un marco autoritario, antisemita y fervientemente anticomunista. Celestina Salomé Kunkeler, historiadora, refuerza esta perspectiva al explicar que el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) se opuso radicalmente a la lucha de clases, abogando en cambio por una «comunidad racial» que suprimía cualquier noción de socialismo. Esa negación del socialismo y del socialismo real encuentra eco en la radicalización de sectores políticos que buscan una reescritura de la narración histórica.

El historiador Michael Wildt es categórico al calificar las afirmaciones de Kaiser y otros negacionistas como aseveraciones absurdas. Wildt informa que desde sus inicios, Hitler y el partido nazi atacaron con ferocidad al marxismo y sus raíces, siendo los primeros en ser perseguidos por el régimen en 1933 los mismos socialistas. Esta violencia muestra una clara distancia ideológica con el socialismo, y el respaldo del nazismo por empresas capitalistas alemanas durante su ascenso (como BMW y Volkswagen) refuerza la conexión del régimen con el capitalismo, más que con una ideología socialista o de izquierda.

Se hace evidente que la posible confusión entre socialismo y nazismo radica en la manipulación del término «socialismo» por parte de los nazis mismos. Si bien inicialmente usaron retórica obrerista para atraer a una base de votantes trabajadora, pronto ofrecieron una muestra cruda de su verdadero funcionamiento interno: el mismo Hitler ordenó la ejecución de los líderes dentro de su propio partido que abogaban por un socialismo real. Para los implicados, como el historiador Ishay Landa, queda claro que los nazis se adhirieron a la propiedad privada y al capitalismo, utilizando la intervención estatal como un medio para consolidar su control, en lugar de un enfoque socialista real.

En el contexto chileno, las idiosincrasias del discurso ultraderechista también nos remiten a figuras históricas que, a pesar de la gravísima conexión con el nacionalsocialismo, han sido reinterpretadas por sectores de la ultraderecha como «comunistas» o «socialistas». La manipulación histórica y el negacionismo sirven como herramientas políticas, como advierte el Dr. Mladen Yopo. Este fenómeno no solo se limita a Chile. A nivel internacional, está en juego un marco más amplio que unifica narrativas sobre enemigos en común y que busca reconfigurar la ideología política a través de una distorsión deliberada de la historia, lo que nos enfrenta a una peligrosa simplificación de la narrativa política contemporánea.

Scroll al inicio