Las comunidades Mapuche, agrupadas en el Colectivo Epu Lafken Mapu, han manifestado su enérgico rechazo al ambicioso proyecto inmobiliario Bahía Coique, impulsado por la familia Piñera Morel en la zona del Lago Ranco, Región de Los Ríos. A través de un potente mensaje en redes sociales, han dejado claro que no permitirán que se lleve a cabo esta iniciativa que consideran una amenaza directa a sus tierras ancestrales. Este megaproyecto, que busca edificar 208 segundas viviendas en las costas del lago, ha generado preocupación entre los Mapuche, quienes advierten sobre sus posibles impactos ambientales y sociales.
Los representantes de las comunidades han expresado que la construcción de estas residencias de lujo no solo significaría una agresión a su entorno natural, sino que también ha sido concebida para favorecer a un sector adinerado de la población que busca un espacio exclusivo lejos de la ciudad. «Con sus lanchas, intervendrán nuestros ecosistemas y alterarán el equilibrio natural de la zona», señalaron, enfatizando que este proyecto podría marcar el inicio de un proceso de gentrificación que excluiría a los habitantes originarios de su propio territorio.
Ejemplificando su compromiso con la defensa de sus tierras, el Colectivo Epu Lafken Mapu recuerda su éxito previo al detener un proyecto de esquí náutico en la misma región. Resaltan que este nuevo emprendimiento se presenta disfrazado de desarrollo turístico, pero en realidad solo beneficiaría a quienes pueden permitirse segundas residencias en un paraje natural, a expensas del bienestar de las comunidades locales. En su comunicado, hicieron hincapié en repetir la frase: «No somos el patio de los ricos, nuestra tierra y biodiversidad se defiende».
Frente a esta situación, las comunidades han hecho un llamado a la solidaridad de la población general, invitando a todos a difundir su lucha y a presionar a las municipalidades de Futrono y Lago Ranco para que tomen acciones concretas que detengan el proyecto de los Piñera. La preocupación por los posibles daños ambientales ha llevado a que incluso organismos pertinentes cuestionen la viabilidad del proyecto, como lo ha hecho recientemente la Armada, enfocándose en los efectos devastadores que podría acarrear para la zona.
En conclusión, las comunidades Mapuche están organizándose para evitar que el desarrollo urbano y turístico continúe a expensas de sus derechos y del medio ambiente. «Requerimos el apoyo de todos para proteger nuestro territorio y su biodiversidad», expresaron con determinación, reafirmando su voluntad de resistir a este tipo de iniciativas que atentan contra su forma de vida y que podrían tener graves repercusiones para el ecosistema de Lago Ranco. Esta movilización no solo defiende sus derechos como pueblos originarios, sino que también promueve una visión de desarrollo más sostenible y en armonía con la naturaleza.