El alcalde de Santiago, Mario Desbordes, se encuentra en el centro de la controversia tras las declaraciones despectivas realizadas por Gonzalo Saavedra, rector interino del Internado Nacional Barros Arana (INBA). Durante una conversación grabada sin su consentimiento, Saavedra se refirió a estudiantes con Trastorno del Espectro Autista (TEA) de manera despectiva y dudó abiertamente sobre la posibilidad de que la histórica institución recuperara su prestigio académico. Estas palabras provocaron una ola de indignación tanto en la comunidad educativa como en el ámbito político, llevando a la concejala Dafne Concha a hacer pública la grabación, lo que desató una serie de críticas hacia la administración del INBA.
A pesar de la presión generada por la difusión de estas declaraciones, Desbordes optó por no destituir a Saavedra en este momento. En una entrevista con Radio Cooperativa, el alcalde defendió la capacidad de los estudiantes dentro del espectro autista, afirmando que «pueden ser excelentes, incluso brillantes» y que no es la inclusión de estos estudiantes el que afecta la calidad académica del colegio. Además, lanzó una crítica sobre la verdadera raíz de la crisis en el INBA, que, según él, es la caída significativa en su matrícula, indicando que los mejores estudiantes de regiones ya no eligen el establecimiento como una opción de educación.
Durante su intervención, Desbordes resaltó que Saavedra tocó un punto válido al mencionar la fuga de estudiantes. Sin embargo, cuestionó la forma en que se expresó sobre sus alumnos. «Lo que sí impacta es la enorme fuga de estudiantes. Los mejores alumnos de regiones ya no aspiran a venir al INBA», explicó el alcalde, enfatizando que las palabras del rector interino están en un contexto que necesita ser manejado con sensibilidad, especialmente cuando se habla de un grupo de estudiantes vulnerables. Esta postura resalta la complejidad del problema al que se enfrenta la dirección del internado y el desafío de restaurar su reputación académica.
Las expresiones de Saavedra también han movilizado a un sector de padres y estudiantes del INBA que exigen una respuesta clara y acciones contundentes por parte de las autoridades. A medida que la discusión se intensifica, la comunidad educativa pide mayores esfuerzos por parte del municipio para garantizar un ambiente inclusivo y respetuoso para todos los alumnos, independientemente de sus capacidades. La situación ha puesto de manifiesto la necesidad de fortalecer los programas de inclusión y de revisar las políticas educativas que podrían estar fallando al no atender adecuadamente las realidades de estudiantes con TEA.
El alcalde Desbordes aseguró que tiene la intención de dialogar con Gonzalo Saavedra para abordar esta problemática y cartografiar una trayectoria hacia la mejora del ambiente escolar. Sin embargo, también se ha visto obligado a matizar las declaraciones de Saavedra, comentando que «el uso de garabatos en una conversación privada es normal», aunque reconoció que el tono despectivo hacia los estudiantes con TEA es inaceptable. La presencia de Saavedra en el cargo seguirá bajo evaluación mientras se mantiene la suspensión de la rectora titular, María Alejandra Benavides, debido a un escándalo previo. Así, el futuro del INBA y de su liderazgo sigue siendo incierto, afectado por un trasfondo de crisis educativa y la urgencia de mejorar la percepción pública.