A 52 años del golpe cívico-militar que marcó un hito oscuro en la historia de Chile, la reflexión sobre los valores debilitados y la corrupción se vuelve más pertinente que nunca. Danitza Ortiz Viveros, seremi de Gobierno de Los Lagos, invita a toda la ciudadanía a mirar profundamente las huellas que dejaron años de dictadura, no solo en términos de represión, sino en la estructura misma de nuestras instituciones democráticas. La memoria histórica se presenta como un pilar indispensable para la construcción de una sociedad más equitativa y comprometida con los derechos humanos.
La herencia de la dictadura, según Ortiz Viveros, se manifiesta en la persistencia de la corrupción dentro del Estado, un fenómeno que socava la confianza pública y debilita los cimientos de nuestra democracia. Este lastre de la historia implica que los ecos del pasado no solo afectan la memoria colectiva, sino que también se traducen en prácticas corruptas en distintas esferas gubernamentales. Al conmemorar estos 52 años, es esencial reconocer cómo estos patrones marcados por el abuso de poder continúan impactando a las instituciones y a la vida diaria de los chilenos.
En un contexto electoral, Ortiz Viveros destaca la importancia de no minimizar los horrores del pasado y de asumir una postura crítica frente a la historia de nuestro país. Remarca que es imperativo tener un diálogo sincero que permita a la sociedad fortalecer su compromiso hacia la democracia. La participación activa de la ciudadanía, unida por la memoria y el respeto, es fundamental para enfrentar el legado de la dictadura y trabajar por un futuro que priorice la justicia y la dignidad de todos.
Asimismo, la seremi hace un llamado a reflexionar sobre cómo el costo de la debilidad institucional recae inevitablemente en los sectores más vulnerables de la sociedad. Este recordatorio es crucial, especialmente en un año en el que algunos sectores intentan suavizar o relativizar las atrocidades ocurridas. La democracia, subraya Ortiz Viveros, va más allá del acto de votar; se debe construir día a día, a través del entendimiento, el acuerdo y la defensa de los derechos fundamentales de cada persona.
Este 11 de septiembre debe servir como un recordatorio permanente de que la defensa de los Derechos Humanos y la promoción de la democracia son tareas que corresponden a cada generación. La lucha por la transparencia, la ética pública y el respeto por la dignidad humana deben ser pilares inquebrantables en la construcción de un Chile más justo y democrático. A través de esta conmemoración, se renueva el compromiso de asegurar que el pasado no se repita y que la memoria nos guíe hacia un futuro donde la justicia prevalezca.