El gobierno de Cuba aprobó el viernes una ley que autoriza la creación de pequeñas y medianas empresas (PYMES), un cambio importante en el país de gobierno comunista donde las empresas estatales son la norma.
El cambio se produce casi un mes después de que miles de cubanos salieran a las calles denunciando la dictadura y quejándose del hambre en las mayores manifestaciones desde la revolución que llevó al poder al fallecido Fidel Castro en 1959.
Al menos una persona murió y cientos fueron arrestadas en las inusuales protestas masivas, que el gobierno afirmó que fueron provocadas por Estados Unidos.
El presidente Joe Biden ha impuesto nuevas sanciones a la policía cubana por la represión de los disturbios y ha advertido de la adopción de nuevas medidas punitivas si el régimen comunista no atiende las demandas de los manifestantes de un cambio radical.
Reformas para modernizar la economía
En los últimos meses, el gobierno cubano ha acelerado las reformas para modernizar la economía y frenar la peor crisis económica que ha sufrido la isla en 30 años. Impulsada en parte por las sanciones de Estados Unidos, la escasez crónica de alimentos, electricidad y medicinas en el centro de la isla se ha visto agravada por las estrictas medidas contra Covid-19.
En febrero, el gobierno decidió abrir gran parte de la economía controlada al incipiente sector privado, excepto en áreas clave como la sanidad, los medios de comunicación y la educación. Se pusieron a disposición de los trabajadores autónomos unas 2.000 actividades.
Se calcula que unos 600.000 cubanos trabajan en el sector privado, alrededor del 13% de la población activa. Pero estos llamados «cuentapropistas» han reclamado una estructura legal que permita explícitamente sus negocios.
¿Tendrá algún efecto esta medida?
La luz verde del viernes para las pequeñas y medianas empresas se dio durante una sesión del Consejo de Estado, a la que el presidente Miguel Díaz-Canel se unió por videoconferencia.
«El Consejo de Estado aprueba el decreto ‘De las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas’ que permite su inserción coherente en la economía para ser parte de la transformación productiva del país», dice una nota publicada en la página web de la Asamblea Nacional.
En junio, el presidente del Gobierno, Manuel Marrero Cruz, advirtió que la expansión de las actividades privadas permitidas no iría demasiado lejos «ya que hay límites que no se pueden sobrepasar».
Pero Oniel Díaz, un consultor especializado en el desarrollo empresarial de Cuba, dijo que la nueva ley de PYMES sigue representando un punto de inflexión que muchos cubanos han estado esperando ansiosamente durante años.
«Para la economía cubana… esto representa un paso de gigante que tendrá consecuencias a medio y largo plazo» para la reconfiguración de la economía nacional, dijo.