Día Internacional de la Mujer: Lucha por la Equidad

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Rocío Millar Barría, docente de Psicología en la Universidad Santo Tomás de Puerto Montt, subraya que el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, debe ser visto no como una celebración, sino como una jornada de lucha por los derechos femeninos. Esta fecha cobra especial relevancia en Chile y Latinoamérica, donde las mujeres continúan enfrentando múltiples desigualdades en diversas áreas de la vida, tales como el ámbito laboral, económico, social y político, reflejando un panorama de discriminación que afecta el desarrollo de sus vidas.

En el contexto laboral, las cifras son alarmantes: a pesar de desempeñar funciones similares a las de sus colegas masculinos, las mujeres en Chile, y en gran parte de Latinoamérica, reciben salarios notablemente más bajos. La feminización de la pobreza se manifiesta, en parte, por la alta proporción de mujeres que ocupan puestos informales y de escasa remuneración, carentes de acceso a seguridad social y derechos laborales básicos. Además, la carga del trabajo doméstico y de cuidados recae de manera desproporcionada sobre ellas, lo que limita gravemente sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.

La situación se agrava con la persistente violencia de género, instaurada en una cultura patriarcal arraigada. Femicidios, violencia doméstica y acoso son realidades que golpean con fuerza a muchas mujeres en la región, y a pesar de algunos avances en política de género, el acceso a la toma de decisiones y cargos de poder sigue encontrando obstáculos significativos. Este escenario resalta la necesidad urgente de políticas efectivas que no solo atiendan la violencia, sino que promuevan la igualdad de derechos en todos los ámbitos.

Millar enfatiza que el 8 de marzo debe ser un momento para reflexionar sobre estas problemáticas y exigir cambios tangibles. Es un llamado a los Estados, empresas y a la sociedad civil, para que se implementen políticas públicas que garanticen la equidad salarial, fomenten la corresponsabilidad en las tareas de cuidado y erradiquen la violencia de género. La educación en género juega un rol crucial en este contexto, con las instituciones de educación superior posicionándose como agentes de cambio al incorporar enfoques de género en sus currículos.

La lucha feminista en Chile y en toda Latinoamérica ha sido un poderoso motor de transformación social. Gracias a la movilización y organización de las mujeres, se han alcanzado importantes avances en derechos reproductivos, leyes contra la violencia y paridad en la representación política. Sin embargo, a pesar de estas conquistas, el camino hacia la equidad de género es largo y desafiante. Millar reafirma que el 8 de marzo es un recordatorio de que la equidad no es un favor que se otorga, sino un derecho fundamental que debe ser garantizado para todas, siendo la educación en género una herramienta esencial para construir sociedades más justas y libres de discriminación.

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