En Puerto Montt, la jefa de carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás, Estefanía Neumann Fuentealba, ha manifestado su preocupación por la creciente dependencia de la población hacia los alimentos procesados. Esta tendencia, que se ha intensificado en los últimos años, se debe principalmente a la falta de tiempo para la preparación de comidas caseras. Neumann destaca que es esencial repensar la forma en que organizamos nuestras cocinas para facilitar el acceso a alimentos frescos y naturales, promoviendo así una alimentación más saludable que beneficie tanto a los adultos como a los niños.
La profesional también enfatiza la importancia de involucrar a los niños en la preparación de alimentos, señalando que esta experiencia no solo promueve un mayor consumo de frutas y verduras, sino que también mejora su disposición hacia alimentos que al principio no parecían atractivos. Al incluir a los más pequeños en la cocina, se fomenta un aprendizaje activo que no solo abarca la nutrición, sino que también desarrolla habilidades motrices y de comunicación, así como nociones básicas de matemáticas a través de las medidas y las cantidades necesarias en cada receta.
Además de los beneficios nutricionales, Neumann resalta que la participación de los niños en la cocina les ayuda a ser más conscientes de la procedencia de los alimentos y los motiva a ser más innovadores en sus elecciones alimentarias. Al conocer el origen de los ingredientes, también se promueve una actitud responsable hacia el medio ambiente, lo que permite a los niños entender la importancia de aprovechar cada parte de las frutas y verduras, disminuyendo así el desperdicio de alimentos.
La jefa de carrera subraya que la guía de los padres y cuidadores es crucial para que estas prácticas sean efectivas. Los adultos deben ser los primeros en transmitir conocimientos sobre nutrición y alimentación saludable, logrando así un cambio significativo en la percepción de la alimentación familiar. Participar activamente en estas actividades no solo fomenta la educación nutricional, sino que también refuerza los lazos familiares y crea experiencias positivas asociadas a la comida, un factor que tendrá un impacto duradero en la relación de los niños con la alimentación.
Por último, Neumann recomienda a los padres delegar tareas de cocina adaptadas a la edad de los niños, siempre cuidando la seguridad y evitando riesgos de cortes o quemaduras. Incorporar actividades de limpieza y orden al finalizar la preparación también es clave para enseñarles sobre la responsabilidad y la organización. De esta manera, las actividades en la cocina se convierten en un espacio de aprendizaje, diversión y fortalecimiento familiar, contribuyendo a formar adultos más saludables y conscientes de sus decisiones alimenticias.